Los miércoles por la tarde voy a El Alto con una organización local que trabaja con chicos de la calle. Nos reunimos en una canchita frente a una iglesia decorada con enormes murales de lustrabotas. Los chicos van llegando en grupos, a veces borrachos, casí siempre inhalando un disolvente con el que han impregnado un pequeño ovillo de lana que esconden en la manga. Jungamos a juegos de mesa y al futbol, a lo que aguanto una media de cinco gloriosos minutos antes de que la falta de oxígeno me coma los pulmones. Entonces me quedo dibujando en las gradas junto a los que no tienen ganas de jugar o están demasiado hechos polvo para hacerlo. Por lo general les regalo los dibujos que voy haciendo. A veces, ellos me hacen uno a cambio.
El otro día me quede con este boceto de unos pibes que bebían en la otra punta de la grada. Mientras lo dibujaba, uno de ellos se levantaba y bailaba tambaleante. Les prometí que el próximo miércoles les traía una copia.
La intención es ir actualizando este blog con mucha más frecuencia. Que sea un lugar donde encontrar un estilo que me permita dibujar rápido y contar historias.
ResponderEliminarEstos días he estado muy liado conun librito sobre Bolivianas migrantes en España que, ahora mismo, debería estar de camino a la imprenta. Ya ire colgando cositas en el Anecdorario.
Dejo aquí, mientras tanto, este boceto y en pocos días habrán novedades.
Ya se sabe cómo son los las intenciones...